El desorden organizado del Tránsito en el Ecuador
EL DESORDEN ORGANIZADO DEL
TRÁNSITO EN EL ECUADOR
Francisco Xavier Alarcón[1]
Conforme a las Estadísticas publicadas en la página web de la Agencia
Nacional de Tránsito en el Ecuador[2],
hasta el mes de Agosto del año 2018, en todo el territorio ecuatoriano se
produjeron dieciséis mil setecientos cuarenta y seis (16.746) accidentes de
tránsito, de los cuales han muerto mil cuatrocientos treinta y tres (1.433)
personas y han resultado lesionados doce mil ochocientos noventa (12.890)
individuos.
Los resultados publicados son reveladores, la posibilidad de ser víctima de
un accidente de tránsito está presente y es constante.
Cada vez que ocurre un accidente de un vehículo de transporte público, del
que resultan víctimas mortales, las autoridades de la Agencia Nacional de Tránsito
se presentan en los medios de comunicación y anuncian que se suspenderá el
permiso de operación a la Cooperativa a la que pertenece el vehículo
accidentado, sin embargo, no se indica si la suspensión es temporal o
definitiva, pese a ello, la accidentabilidad sigue ocurriendo.
Frente a la inseguridad y el crecimiento de siniestros de tránsito, obliga
a reflexionar sobre lo siguiente:
Vehículos baratos y
accidentes costosos.- En
países latinoamericanos como el Ecuador, se grava de impuestos, de forma significativa
a los vehículos nuevos con el propósito de mejorar la recaudación de recursos
económicos para el Fisco, lo que provoca el aumento de su precio, a costa del
consumidor final; tanto así que un vehículo con mayores recursos tecnológicos
para la seguridad activa y pasiva alcanza precios exorbitantes y prohibitivos,
presentándose como una opción un vehículo barato.
Se produce una superposición de precio por calidad: “El AVEO, un peligro
para los consumidores, es el segundo vehículo más inseguro del mercado
mexicano”[3]
pese a ello es uno de los autos más vendidos en el mercado de México y de
Ecuador que se comercializa con el nombre de AVEO y SAIL; se potencia la preocupación al
considerar que este vehículo está autorizado para el servicio de transporte
público.
Desde el objetivo recaudador, se valora el pago de impuestos y se deja de
lado la seguridad.
Impuesto anual al vehículo
motorizado.- El obstáculo
del precio de un auto seguro se agrava con la obligación anual de pagar el
impuesto al vehículo motorizado, cuyo monto se calcula desde el precio de
mercado. Se produce una lógica inversa: el propietario de un auto seguro es el
que más impuesto anual paga, frente al dueño de un vehículo inseguro que paga
menos tributo.
Se castiga con la imposición del tributo al poseedor de un vehículo seguro.
Vehículos de transporte
público.- La dinámica del
precio y del impuesto anual al vehículo motorizado afectan a los vehículos
destinados al transporte público. Llama la atención que autos de servicio
público que pierden la autorización de funcionamiento en la capital del país,
inmediatamente son insertados en las provincias; y luego, al prohibir su uso en
las capitales de provincia, pasan a funcionar en ambientes rurales. Con esta
lógica, la visión de restricción por seguridad y por contaminación procura el
privilegio en la capital y se endosa la accidentabilidad y contaminación hacia
otros sectores de la sociedad. Se produce una ruptura del principio de igualdad
garantizado a todos los individuos.
Otros medios de transporte
El Ecuador presenta un servicio de transporte público deficiente, no
orientado al servicio y mucho menos hacia la garantía de los derechos de las
personas. Se han insinuado alternativas desprovistas de estudios técnicos a fin
de orientar el uso de otros medios de transporte.
Mediante una ordenanza el Distritito Metropolitano de Quito ubicó al peatón
y al ciclista en la pirámide de movilidad, a fin de garantizar los medios de
transporte sostenible; sin embargo según la Agencia Metropolitana de Tránsito
entre enero y octubre de 2017 hubieron 87 siniestros que afectaron a ciclistas.
Hubieron 4 fallecidos. En el mismo periodo durante el 2018 se registraron 75
con el saldo de 2 fallecidos[4]
Usar la bicicleta por las vías del Ecuador supone aumentar geométricamente
las probabilidades de accidentabilidad[5]
debido a varios factores: irrespeto al ciclista y al peatón, diseño de vías no
inclusivas a peatones y ciclistas, falta de respeto a las señales de tráfico
por parte de peatones y ciclistas, inexistencia de un sistema de seguridad
vial, falta de diseño de políticas municipales, entre otras.
Uso de medios tecnológicos
Sin duda la tarea de la ciencia es la transformación del mundo, sin embargo
el requisito previo es el conocimiento de la realidad, a fin de partir del
diagnóstico situacional. En el sistema vial del Ecuador no se ha procurado la
evaluación técnica y científica de la situación de tráfico. Únicamente y de
forma errada se ha buscado de propósito la aislada orientación a fortalecer el
sistema punitivo.
Diseño y desarrollo del Derecho
Administrativo de urbanismo
Una de las grandes deudas que tiene la academia universitaria del Ecuador
es el orientar las Carreras de Derecho al estudio exclusivo de la norma, ubicando
a la ciencia jurídica en un plano de inexistencia, tal como lo han advertido
juristas ecuatorianos.
El Derecho de Urbanismo ecuatoriano es inexistente, confabulando con la inseguridad
y provocando crecimientos poblacionales sin la intervención de la ciencia del
derecho.
Agencia Nacional de Tránsito
Para el estado constitucional las entidades de la administración pública han
de orientarse de forma inequívoca a la tutela de los derechos de las personas,
sin embargo la Agencia de Tránsito se ha sintetizado en la labor de certificación
y acreditación, dejando aparte la esencia de su misión.
Control
Una de las potestades de la Administración pública es el control. El
informe de Transparencia[6]
Internacional del 2017 indica que en el Ecuador el 53 % de las personas considera
que la Corrupción ha aumentado e indica que la institución con mayor grado de
corrupción es la Policía.
En la entidad pública denominada Policía se hallan insertas la Policía
Nacional, los Agentes de Tránsito, Policía Municipal entre otros.
No existe un sistema articulado de control que garantice la seguridad vial
en el Ecuador. Durante el año 2018, en Ibarra – Imbabura se han presentado
hechos que han puesto en evidencia la inexistencia de ejercicios de control técnico,
llegando incluso a promoverse manifestaciones de pluralismo jurídico opuesto al
ordenamiento.
Escuelas de Conducción
El sistema Educativo en todos los niveles busca el establecimiento de
modelos pedagógicos que aseguren el proceso de aprendizaje. La certificación de
la condición de conductor no es la única tarea de la Escuela de conductores. La
responsabilidad del aprendizaje del futuro conductor es el constructo de la misión
y la movilidad de tránsito seguro es parte de la visión.
Solo un verdadero proceso de aprendizaje aportará a la formación de
conductores y peatones responsables, respetuosos de todos los actores de la
movilidad y garantes de la seguridad vial.
En el ordenamiento jurídico deberá insertarse la responsabilidad solidaria
de la Escuela de Conducción que certificó a un conductor causante de un
accidente de tránsito.
Francisco Xavier Alarcón
[1] Jurista, Catedrático de Derecho
Administrativo, Profesor Investigador
[2] www.ant.gob.ec
[3] http://elpoderdelconsumidor.org/prensa/aveo-peligro-los-consumidores-segundo-vehiculo-mas-inseguro-del-mercado-mexicano/
[4] https://www.elcomercio.com/actualidad/irrespeto-ciclistas-conductores-quito-accidentes.html
[5] https://www.elcomercio.com/deportes/ciclismo-ciclista-felipe-endara-lesion.html
[6] https://www.transparency.org/news/feature/corruption_perceptions_index_2017?gclid=CjwKCAiA8rnfBRB3EiwAhrhBGthzLJMBEyS72QH5xQe0SSSm9YVSUaCwIeCkeqiLserQ8KL18iWSeRoCbTYQAvD_BwE
En realidad la Agencia de Tránsito se ha sintetizado en la labor de certificación y acreditación, y más que esto, debe ser un ente de prevención ante posibles acontenimientos que atenten contra la integridad de las personas, su misión debe estar encaminada hacia la educación tanto a conductores como a peatones tomando todas las medidas posibles para crear una verdadera cultura de educación vial. No se trata solo de sancionar sino de educar a la población desde edades pequeñas.
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